Se basa en los siguientes pilares:
- la respiración y el ciclo energético
- el pensamiento creativo
- el trabajo con los elementos (aire, agua, fuego, tierra... Y amor)
La respiración y el ciclo energético
Desde muy pequeñ@s, hemos aprendido a reprimir nuestras emociones a causa de la educación y de las normas sociales. La mayoría de las veces, la forma de hacerlo ha sido conteniendo el aliento, por lo que nuestra capacidad respiratoria ha ido menguando y se ha bloqueado a fin de evitar sentir.
¿Recuerdas alguna reprimenda? ¿Te han gritado alguna vez y has contenido la respiración para evitar que salieran las lágrimas?
Ése es un mecanismo inconsciente de protección y supervivencia que, a través de la respiración energética consciente, podemos desbloquear para así respirar plenamente y con toda nuestra capacidad.
Como bien dice Fanny Van Laere en su libro "Manual para profesionales de Renacimiento": Cuando mejoramos nuestra respiración, nuestra salud y nuestros niveles de energía mejoran, ya que la sangre fluye mejor y nuestros tejidos y órganos reciben más oxígeno. También nos permite liberarnos de grandes cantidades de estrés acumulado a lo largo de los años.
El pensamiento creativo
Se estima que tenemos unos 50.000 pensamientos al día. ¿Observas lo que piensas? ¿Cuántos de estos pensamientos son de autoestima, de confianza en ti mism@, de amor y alegría? ¿Cuántos son, por el contrario, de autosabotaje, victimismo, desconfianza y tristeza?
El pensamiento genera la emoción, la emoción crea un hábito, y los hábitos generan creencias. A través de nuestras creencias, creamos nuestra vida.
En Renacimiento trabajamos con numerosas herramientas para liberarnos de aquellas creencias que no nos ayudan a tener la vida que queremos. Aprendemos a coger las riendas de nuestra vida y a hacernos responsables de nuestros pensamientos para alinearlos de nuevo con nuestra esencia divina.
El trabajo con los elementos
Todos los seres de este planeta estamos creados a partir de los cuatro elementos: aire, agua, fuego y tierra. Y el elemento que los aglutina no es otra cosa que el AMOR.
¿Te gusta estar cerca de una chimenea? ¿Observas cómo hipnotiza el baile del fuego?
¿Cómo te sientes después de un baño?
¿Y paseando por la naturaleza?
¿Cómo respiras entre los árboles?
Hablaremos más en profundidad de las prácticas con los elementos en páginas sucesivas, pero si te has formulado las preguntas anteriores, seguramente algo ya intuirás. Experimenta.
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